domingo, 11 de abril de 2010

sexualidad sistemica

SEXUALIDAD SISTEMICA: UN ENFOQUE TOTALIZADOR DE LA
SEXUALIDAD
Prof. María Fabiana Martinelli Celi
Dr. Edgardo Werbin Brener
La sexualidad es una manifestación importantísima a nivel humano de la
energía vital universal. Es la fuerza, conyuntamente con el acto, que
posibilita la unión de dos seres y crear una nueva vida. La sexualidad
puede ser fuente de vida, de gozo, de comunicación, de éxtasis o … todo
lo contrario: puede provocar dolor, soledad, depresión, frustración,
dependiendo de la actitud interior del individuo.
En la actualidad encontramos un modelo interesante para aproximarnos al
conocimiento de la sexualidad humana con base en la Teoría del Sistema
General propuesta por la bióloga Bertalanffy (1986). Según esta teoría un
sistema se define como el conjunto de elementos en interacción entre
ellos y de forma conjunta con el entorno. Cada elemento se puede
estudiar de manera aislada, pero solo adquiere significado en la medida
que es considerado parte integrante de un todo.
Por lo tanto el estudio de uno de los elementos aislados llega a ser
considerado parcial. Además cualquier elemento puede tomarse como un
sistema que, al mismo tiempo, forma parte de otro sistema mayor. Bajo
esta concepción el universo se configura como una estructura o
arquitectura de sistemas en interacción constante donde se establecen
ciertos órdenes y jerarquías.
Los conceptos de retroalimentación y autoorganización son propios de este
modelo, que permite entender el momento presente en cada sistema
como el resultado de una dinámica de cambio evolutivo y de continuo
flujo de energético con el consecuente surgimiento de eventos novedosos
y creativos, formando espacios de confluencias e interdisciplinalidad de los
elementos que componen el sistema.
La teoría sistémica de la sexualidad humana de Rubio (1994), resulta ser
una propuesta atractiva relativa a la construcción de la sexualidad. Este
autor propone que: "la sexualidad humana es el resultado de la integración
de cuatro potencialidades inherentes a la sexualidad humana que dan
origen a los cuatro subsistemas sexuales, a saber: la reproductividad, el
género, el erotismo (o el placer sexual y sensual) y la vinculación afectiva
interpersonal (o el amor)".
La construcción de la sexualidad conforme al modelo sistémico de
la sexualidad humana refiere a que nacemos con la potencialidad
biológicamente determinada, para vivir experiencias relacionadas con ser
hombre o mujer, reproducirnos, vincularnos afectivamente a los otros y
sentir placer erótico. Las experiencias vividas facilitan que ese potencial
biológico interactúe con el medio (la familia, la escuela, la religión, la
sociedad) y genere en cada individuo significados y afectos, de simples a
complejos, en todas las dimensiones de la sexualidad (biopsicosociales).
Estos significados y afectos van construyendo los elementos de la
sexualidad anteriormente mencionados: el género, los vínculos, el
erotismo y la reproductividad. Cada uno de estos elementos es complejo
y tiene una expresión específica y a la vez, al relacionarse e integrarse
entre sí, funcionan como un sistema.
Por integración se entiende en el pensamiento sistémico, que un elemento
no puede ser correctamente representado si se considera aisladamente,
pues su actuar depende de los otros elementos del sistema. La integración
en los sistemas se alcanza de diversa maneras pero en el caso de la
sexualidad, se hace presente gracias a los significados o representaciones
de la experiencia: la integración es fundamentalmente mental, producto de
la vinculación de significado, sentido y afecto a aquello que el individuo en
lo personal, y el grupo social en general, viven como resultado de las
potencialidades sexuales que están biológicamente determinadas (y por
tanto son compartidas por la mayoría de individuos). Sin embargo, lo que
esta determinado por nuestra naturaleza biológica, es la potencialidad para
tener experiencias en las cuatro dimensiones señaladas.
Las representaciones simbólicas de las experiencias individuales permiten
la construcción e integración de la sexualidad. Estas representaciones en
cada una de las áreas interactúan entre sí ya que están en relación unas
con otras. No es posible modificar los conceptos y representaciones
reproductivos, por ejemplo, si no se contempla la resignificación genérica,
erótica y afectiva.
La sexualidad es un aspecto y un área primordial en el desarrollo integral
de los seres humanos, sobre todo cuando se ejerce con apertura, respeto
y libertad. Redefinida desde este marco teórico-conceptual la Sexualidad
Sistémica® no pretende ser un conjunto de ideas o fundamentos que
refieren a la sexualidad humana desde un lugar apartado o distante donde
solo las definiciones o significados conceptualizan el nivel intelectual de
una teoría.
La Sexualidad Sistemica® es una herramienta de orientación, que desde un
enfoque antropológico, amplia la mirada de la sexualidad individual y de la
pareja, partiendo desde un aspecto sinceramente íntimo y
emocionalmente integrado, que nos conduce a la manifestación de nuestra
plenitud y excelencia madurativa como individuos culturalmente sexuales.
Aquí cumplen un especial rol los sistemas humanos (comunidad, escuela,
familia, pareja) donde la interrelacionalidad de los miembros, factores y
componente humanos o no, se encuentran estrechamente implicados
entre sí y con el otro en las diferentes redes sistémicamente
coexistentes.
En consecuencia los susbsistemas mencionados operan integralmente, y
por lo tanto el abordaje educativo o terapéutico no debe ignorar a
ninguno de ellos. El objetivo es aumentar las posibilidades de eficacia
desde todas las áreas y sistemas humanos comprometidos y partícipes,
entrenando, orientando e instruyendo a las parejas y familias brindándoles
una formación e instrucción adulta (andragogía), a las escuelas y
adolescentes desde la pedagogía.
Tomando retrospectivamente nuestros actos y remontándonos a la niñez,
todos ellos, los que hemos realizado u obviado sólo fueron meros
preparativos, ensayos, pruebas con aciertos y errores de estudio de
campo que nos piloteó cautelosamente hacia la “edificación” de nuestra
sexualidad y del primer acto sexual. El encuentro con el otro desde el
plano de la sexualidad sistémica trasluce la posibilidad de confiar o
abandonar en ese solo instante nuestra humanidad.
Este giro de la mirada de la sexualidad humana convida a llamar por su
nombre, lo más íntimo que tenemos. Ningún otro acto se halla más
en concordancia con el orden y la plenitud de la vida. Acto que nos
compromete a ser conscientes y sabios, grandes y humanos. Por tanto
no existe otro quehacer humano que nos aporte tan gozoso placer y
en consecuencia tan amoroso dolor. Exhibidos, desenmascarados,
vulnerables, desarmados hasta el punto que se deja develar ante el otro
nuestro órgano más profunda y afanosamente reservado, nuestro sexo.
Hemos elaborado junto a un equipo de colaboradores un proyecto de
orientación sexual-sistémica denominado Programa de Orientación
Familiar (POF). Este programa se ha implementado con gran eficacia en
escuelas, universidades e instituciones educativas de nuestro país y en el
exterior, como es el caso de México (CUDEC-Centro Universitario Dr.
Emilio Cárdenas-Tlanepantla).
Los objetivos del POF se centran en el desarrollo de hábitos, actitudes y
comportamientos generados a través de aplicar y ejercitar herramientas
de transformación personal en el proceso del desarrollo de la sexualidad,
tomando en cuenta las propias habilidades comunicativas, actitudinales,
formas perceptivas y comprensión de la realidad. Con esta capacitación
estimulamos a formar un corpus de pensamiento, reflexión, práctica
sensible y autocuidados por medio de la transmisión de pautas sencillas, y
de fácil registro referidas a nuestro marco sobre Sexualidad Sistémica®.
Poner en práctica el análisis simbólico sistémico de nuestros esquemas
sexuales más íntimos en diferentes formatos prácticos y viables para la
vida cotidiana, descondiciona las tradicionales didácticas sobre educación
sexual, no solo en niños y adolescentes, sino también en jóvenes y adultos.
Desde el punto de vista de la Sexualidad Sistémica® la energía sexual y la
energía espiritual es la misma energía. De hecho, todos los fenómenos del
universo son la misma y única energía de la vida integrada e indivisible. En
este sentido la energía sexual puede ser refinada. El deseo que acompaña a
la actividad sexual puede ser educado y dirigido hacia un estado de
felicidad y de gozo mayor que el que proporciona el contacto sexual, sin
negar por ello el placer propiamente sexual. En cualquier caso, sexualidad
y espiritualidad no son dos conceptos antagónicos, sino perfectamente
compatibles. Todo depende de la actitud interior del individuo que
insertado en un cosmos mayor puede desplegar sus potencialidades en
pos de mejorar el sistema.
Para ello el objetivo de la Sexualidad Sistémica® es el de despertar la
conciencia, del sentido de responsabilidad y el manejar adecuadamente
esta gran fuerza que la naturaleza nos ha dado, que requiere integridad y
responsabilidad. El camino medio es siempre aconsejable. Nos debemos
alejar de las actitudes extremas del hedonismo y del ascetismo, del apego
o del rechazo con respecto al placer sexual.
Email de contacto y consulta:
mfmc@fibertel.com.ar

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